Grábame esa lágrima que has malgastado
y encárnala sobre mi conciencia.
Dame de beber el viento que soplaron mis suspiros,
pero nunca, nunca me mires con ojos culpables.
Vive libre y fiel a tu sonrisa y sueña.
Baña con tu mirada sincera el despertar de algo nuevo
y grítale a las estrellas sin temor
que transitas nuevos y mejores caminos.
Yo desde mi hogar en la inconsciencia
guardaré tus pasos en la sombra
y meceré tus nuevas canciones
deseando que cada día, para ti, sea el primero.
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