viernes, 16 de agosto de 2013

Déjame escribirte.

Déjame que haga surgir la magia en las palabras.
Permíteme llenarlas de algo que decir.
No me dejes que tan solo mueva los labios, de un lado a otro,
sin hacerte estremecer a cada sílaba.

Mecerte verso a verso, de arriba a abajo, de un lado a otro.
Cantarte a susurros, un rato, a gritos otro,
agitarte el alma con embestidas líricas, incesantes.
Llenarte de música por dentro, de esa que se recita.

Y cuando creas que no puedes más,
cuando te sientas estallar rima tras rima.
Déjame derramar las letras dentro de tu corazón.
Déjame susurrarte amor.

lunes, 12 de agosto de 2013

A veces hay una canción, un poema, una imagen... algo que evoque a las letras. Pero en este caso no hay una sola cosa, porque cuando ella falta sólo hay vacío. Como si cualquier sentimiento, cualquier posible forma de amar sólo pudiese ser canalizada a través de ella. Y eso asusta.

No es la primera vez que pasa, pero sí la más extensa. Y no hay mucho más que hacer salvo esperar, abandonarse al tic tac de las horas y dejarlas fluir lentamente. Recoger cada segundo de soledad y tratar de reunirlo en un verso, quizá dos...

Y disfrutar de esta sensación de vacío, porque significa que lo que lo llena es puro. ¿Acaso podría pedir más?