martes, 14 de agosto de 2012

Podría escribir un final.

Podría jurar que escribo por ti
podría detenerme y mirar el horizonte un segundo
antes de continuar...
Podría ser otra persona y describir
el tiempo que recorre tu mundo y el mío
sin apenas lamentar...
Podría jugar a que vivo otra vida
y dejarme recorrer por el calambre
eléctrico, ecléctico, infinito.
Podría buscar una nueva mentira
y abrazarme a ella en el hambre
indómita, ilícita, ¡qué cínico
querer un querer que vive tan solo
en el prólogo de una historia que
nunca comienza!, sin memoria,
sin epílogo. Que persiste por ser
lo que nunca podré ser...
Podría fingir y seguir fingiendo
que somos adictos a nunca ceder el destino
y caer inevitablemente...
Podría juzgarte y juzgar este hilo
que mira la vida deshacerse por partes
y sin forma de intentarse reponer.
Anárquica, sinárquica, implícita
en el devenir de lo verdadero y
ajena al final en que vendrás.
Por que todo lo que somos,
es distancia, y nada más.

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