miércoles, 11 de enero de 2012

Por una promesa

Taládrame con tu mirada del brillo de las estrellas
y ve con ellas a buscar el fin de nuestro esperar.
Roguémosle a la noche infinita que pare el sueño
y seré tu dueño y tú mi majestad.
Abramos la puerta de una patada dejando entrar
al viento y su silbido, que nos venga a inundar.
Cada palabra y cada latido serán la huella
que inexorable quedará.
Abrázame sin miedo con el arder de tus pasiones
y sean bailes y canciones y celebrar
los temores que ahora nos acobardan
y así el abrazo perdurará.
Arráncame con tu dulzura el beso que he guardado
consérvalo siempre al lado de tu respirar.
Y déjame cantarle con premura al viento helado
y tu recuerdo volverá.

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